sábado, 26 de febrero de 2011

INTER-MIEDO


Mujer de Papel
 
Mujer de papel abrazada a ti misma,
pegada a la hoja como a la vida aferrada,
destrozada con el agua de la verdad que encara. 

Mujer de papel fuerte ante cualquier caída,
débil ante la llama de la pasión,
mujer de papel como hoja poseída,
con alma de viento y cuerpo de cartón. 

Mujer coloreada de matices y retoques,
mujer carente de belleza interior,
mujer de papel con corazón de lápiz y carbón. 

Mujer de papel, como hermosa hoja blanca,
mujer que no tiene comparación,
mujer perfecta, mujer soberbia, mujer sin amor.

domingo, 20 de febrero de 2011

Leyendas de Amor y Desamor, Capítulo 2


Las lágrimas nunca se evaporan porque están hechas de sentimientos y los sentimientos son eternos. 
Quiero tu piel para guardarla en mi clóset 
Tus ojos para verlos a través del espejo 
Tus manos para acariciarlas cuando esté dormido 
Tus labios para comerlos sin reparo 
Tu cuerpo para mirarlo desde dentro. 
Pero tu corazón, tu corazón para tenerlo siempre conmigo. 
Pasaron los días y los meses de un largo año, yo olvide a esa mujer, pero mi corazón la recordaba, llegamos a tercer año en un abrir y cerrar de ojos y fue entonces que la conocí, por segunda vez. 
La vida es de tonos de gris cuando no sabes que hacer. 
Llegué a los 17, casi sin respirar desde los 16, para este tiempo ya conocía un poco más de la vida, principalmente descubrí una de las cosas que marcarían mi personalidad por el resto de mis días; comprendí que un verdadero ser humano no se retracta de sus palabras, no cambia de opinión y protege sus valores a costa de su vida. 
Hagamos un pequeño paréntesis, solo para ver cómo es que llegué a este punto y hablemos de lo que pasó antes para que podamos entender el después; hablemos de Arlette. 
Arlette era mi amiga de la infancia, pero siempre hubo cierta tensión sexual muy presente entre los 2, a ella la conocí cuando apenas tenía 8 años, íbamos a un club deportivo juntos y nos divertíamos. Paso el tiempo, crecimos, nos dejamos de ver como amigos pero nunca nos convertimos en algo más. 
Sucede que Arlette siempre me dijo que si, pero nunca me dijo cuándo. Hasta este momento mis únicas interacciones con una persona del sexo opuesto habían sido iniciadas por ellas mismas, básicamente conocía lo mismo de mujeres que un político de honestidad; en fin, Arlette, estoy seguro que sin querer (si porque así de ingenuo soy), fue la mujer más vil y despiadada que cualquier hombre pudiese conocer y yo, el hombre más patético que la tierra pudo haber procreado. 
Cuando tenía apenas mozos 14 empecé a "cortejar" a Arlette de forma más directa, le compraba pequeños obsequios y le hacía grandes detalles, estaba enamorado cual estriper se enamora del dinero, por qué el ejemplo de la estriper, simple, yo también perdí mi dignidad en este enamoramiento. 
Empezó entonces una época prolífica para mi escritura, la poesía fluía de mis poros y con la ayuda de mis hormonas de perro en celo caí ante su encanto y pase 2 años enteros tratando de ser correspondido, nunca hubo tal. 
Arlette sin embargo me dio dos importantes cosas, la primera fue que me enseño la forma correcta de seducir, me enseñó que una mujer no responde al objeto como al detalle y no responde al detalle como al despecho (así de críptico es este negocio); la segunda cosa que esta despiadada arpía me dio fueron LAS REGLAS, que son muchas y en caso de seguirlas te harán muy infeliz así que no lo recomiendo ni bajo dieta y con el único fin de protegerte (hasta cierto punto claro) únicamente revelaré la primera de una larga, larga, larguísima lista. 
Regla número 1: Si una persona no tiene la capacidad de mantener una conversación continua por 10 minutos nunca la tendrá; como seres sociales tenemos la tendencia a idealizar aquello que nos gusta, es por ello que usualmente en una pareja una(o) guapa(o) y el otro(a) inteligente. 
Cerremos este paréntesis que ya nos tomó bastante y volvamos a la historia que dejamos en pausa.
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Fin del capítulo 2

domingo, 13 de febrero de 2011

Leyendas de Amor y Desamor, Capítulo 1

Labios de fuego,

Ojos de mar,

Piel de deseo,

Cara angelical.


Letargo de viento,

De nube y de mar,

Voz del silencio,

Grito de amar.


Vida marchita,

Flor en botón.


Todo eso y más

Al tocar esos labios,

Esos labios de fuego

Con sabor a mar

Y esa piel de deseo

En tu cara angelical.



Esta, esta es la historia del amor, un amor tan épico que el universo recordará por siempre, es la historia de mi ahora arruinado corazón y es la historia del fin, el fin de todo, porque como este amor nunca otro existió ni existirá y en este tenor la vida no puede continuar.

El rosa es el color de la vida cuando tus ojos están cegados.

Así fue, en una mañana hace 6 años, corría el año de 2005 porque el tiempo anda rápido y es traicionero, no tiene el paso de los humanos que nos movemos con lentitud como si el viento nos empujara hacia nuestros destino, pero en esta ocasión parecía que así fuera.

En este momento de la historia tengo 16 años, no conozco más de la vida que lo que la educación me ha enseñado, lo cual, es muy poco y no sirve para practicamente nada. Entre estas enseñanzas seguido encuentro palabras como amor, sexo, virtud y vicio. Siendo yo un muchacho centrado, hijo de padres que me quieren, estudioso (no tanto, pero suficiente), en fin dedicado a lo único a lo que se puede dedicar un joven de 16 años.

No me malentiendan, a mi edad había tenido ya 3 empleos, cortesía del método de enseñanza de mi madre para que valorara el dinero (y vaya que aprendí, el dinero vale exactamente... nada) apreciaba lo que había conseguido con mi propio esfuerzo y devoción pero no tenía la menor idea de lo que era en realidad.

Este día conocí a quién por siempre marcó mi vida, para peor por el hecho, pero mejor por el contexto. Este día, mi amiga de primer grado, estando yo en segundo grado, de preparatoria me presentaría a Malu, cuyas letras son 4 como el amor.

Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, sus pantalones de mezclilla, su playera con el símbolo de la preparatoria que tanto gustaba de ponerse, su bolsa de boutique reciclada donde guardaba productos varios de cuya compra-venta se encargaba, pero más importante que todo, recuerdo su mirada.

Siendo yo alto para la media, jactándome usualmente de la inteligencia que blandía como si fuera una espada que cortase todo y teniendo una mirada tan pesada que pudiera derribar montañas; me miró a los ojos, con gesto arrogante, tanto que sentí que mi propia arrogancia nunca alcanzaría siquiera para mirarle un solo ojo; y mi amiga nos presentó.

-Chris, esta es Malu, Malu, este es Chris-. -Hola-, -Hola. El tono de su saludo era gélido, congelante, como si el solo paso del viento a través de sus pulmones fuera suficiente para causar otra era glacial. Pero sus ojos, sus ojos eran puro fuego.

En ese instante supe que ella tendría relevancia en mi vida, en retrospectiva tal vez hubiera sido mejor que conservara mi plan original de considerarla mi enemiga por el simple hecho de atreverse a sostenerme la mirada, pero no lo hice, mi diafragma se contrajo solo justo cuando estaba masticando las palabras sin decidirme a decirlas y las expulsó de mi boca provocando un sonido extraño que ella entendió como lenguaje.

Me enteré que estaba en mi mismo grado, solo diferente grupo; que era estudiante modelo de cuadro de honor y que nunca en la vida había perdido ante nadie y... nada, eso fue todo; años después me confesó que en ese tiempo le parecía mediocre y aburrido, años después también me dijo que me amaba, en fin.

La vi marchar ese día, era bella, imponía a cada paso que daba, pareciera como si el mundo guardara un segundo de silencio para permitirle a ella apoyar su pie a gusto sobre el concreto, la vi caminar, y era bella.

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Fin del capítulo 1

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