lunes, 11 de abril de 2011

Leyendas de Amor y Desamor, Capítulo 4

Primero una disculpa, por falta de tiempo no he podido publicar últimamente, pero bueno seguimos aquí con el capítulo 4 de la historia.
 
Sueños fortuitos
Hechos de imágenes.

Vidas malditas
Forjadas con dolor.

Cuerpos humanos
De sangre y de carne.

Felicidad mía
Solo completa con tu amor.

El dolor nunca desaparece, únicamente nos acostumbramos a él.

Recuerdo la primera vez que dije "te amo". Ésta historia en particular tiene 2 versiones diferentes, la primera, que es la que ella les contará si alguna vez tienen la fortuna de conocerla, dice que yo solté estas dulces palabras hacia ella con tan solo 2 semanas de habernos conocido. La segunda, que es la real, dice que yo tardé más de 6 meses antes de poder decirle que la amaba (aunque le dice que la quería desde muy temprano en la relación). De cualquier forma, la realidad es que nunca lo he vuelto a decir a nadie.

Hay ciertas cosas que en una relación pasan pero nadie usualmente se siente orgulloso de ellas, sin embargo éstas experiencias en particular son las que marcan para siempre la pauta de la vida de pareja: la primer horrible vez que hacen el amor, la verdadera historia de cómo se conocieron, la primer pelea y en general todas aquellas experiencias que crean confidencia en una pareja.

Les voy a contar la primera vez que supe que amaba a ésta mujer.

Mi bisabuelo, hombre sabio, tenía un dicho muy sabio, el solía decir que no era lo mismo dormir con alguien que levantarse con alguien; cosa que es completamente cierta y que por años me ha fascinado el atino de palabras tan simples.

Mis padres desde muy jóvenes se separaron, se amaban y eran una pareja muy feliz, pero no podían compartir el mismo techo o el universo a su alrededor se doblaba en su contra provocando caos; debido a ésta extraña circunstancia vivían en casas separadas, por este tiempo mi padre solía tener una pequeña cabaña en las afueras de la ciudad donde iba a dormir usualmente y los fines de semana lo utilizaba como mi hotel personal.

Ese día comimos fondue, derretido en una cazuela de barro, primero al microondas y cuando nos rendimos debido a su poco efecto sobre el queso utilizamos la estufa, pan, una mesa arreglada para una "comida" romántica y nosotros dos eran los ingredientes que hacían la mezcla del acontecimiento.

Comimos, como pudimos claro, debido a que no teníamos una "fonduera" como tal el queso se endureció en los primeros 10 minutos que empezamos a comer, creando una especie de masa quesosa de una consistencia francamente desagradable, el sabor, no tan mal, por lo menos a ella le gustó.

Fuimos a la recamara y nos abrazamos, nos quedamos platicando un rato acerca de nuestros proyectos, de la escuela, en fin de todo y de nada al mismo tiempo, nos besamos y después hicimos el amor como solíamos hacerlo cada vez que estábamos solos en una cama.

Se quedó dormida en mis brazos, la abrazaba por la espalda y podía sentir su corazón latir, ese sonido de vida que emanaba de ella me arrullo y me quedé dormido; desperté una hora después, ya no estábamos en la mismo posición, ella ahora estaba de frente a mi y nuestros rostros se encontraban el uno al otro, recuerdo que abrí los ojos y la vi dormida, estaba simplemente... durmiendo y sin embargo no podía quitarle la mirada de encima, como si su sueño tuviera una especie de poder hipnótico sobre mi.

Estuve largo rato simplemente viéndola dormir, era hermosa y yo me sentía afortunado de tenerla a mi lado, a ésta mujer tan maravillosa que no me parecía aburrida ni siquiera cuando no estaba haciendo nada. Estos pensamientos cruzaban mi mente cuando ocurrió, ella... despertó;abrió sus ojos con cuidado, se espabiló y dio un bostezo con esa boca que siempre me volvió loco, y fue en este preciso momento que entendí que yo quería verla despertar a mi lado el resto de mi vida y que mi corazón la amaría por siempre... y siempre lo hará.
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Fin del Capítulo 4

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