Calla que la vida es más larga cuando la observas pasar en silencio,
calla que los besos saben a sentimientos si el ruido no está cerca,
calla que en la noche escucharas el dulce susurro del universo,
calla, porque mi voz algún día te ha de llamar y solo en silencio la podrás escuchar
calla que los besos saben a sentimientos si el ruido no está cerca,
calla que en la noche escucharas el dulce susurro del universo,
calla, porque mi voz algún día te ha de llamar y solo en silencio la podrás escuchar
Rompería mi alma diéz mil veces con tal de tener un poco de ella que regalarte cada día.
La vida solo puede ser dulce cuando también conocemos su amargura.
Pasó un par de años, estábamos entrando a la carrera cuando cierto día recibí una llamada de cierta empresa en la que me ofrecían un trabajo. Hagamos un pequeño paréntesis; toda mi vida he estado acostumbrado a trabajar, así que la oportunidad de percibir un sueldo semi-decente no me desagradaba para nada, sin embargo mi horario estaría muy presionado, por lo que no tendría tiempo de estar con ella, objetivo que había sido el inicial de que asistiéramos a la misma facultad. Por otra parte estaría en la posibilidad de pasear con ella con un mayor poder adquisitivo, en ese tiempo pensé que eso importaba... estaba equivocado.
Debo admitir que algo bueno salió de éste primer empleo, en el conocí por primera vez el mundo del soporte técnico y del mantenimiento de computadoras, en éste empleo conocí lo que hoy día aún me da de comer, a muy diferente nivel claro, pero definió mi orientación de carrera para siempre.
Ella sociología, yo escogí esa carrera para ella y a la fecha ella está contenta de haberme hecho caso por una vez en su vida, yo comunicación, lamentablemente daba buenos consejos y seguía los malos, la carrera era aburrida y tediosa, no necesitaba asistir a más de 2 clases al mes para tener buenas notas y mis compañeros parecían cavernícolas con cigarro en mano cuyo único propósito en la vida era hacer algo "fácil" y seguir la fiesta.
Tres semestres después estaba harto, tanto del trabajo como de la "escuela" si es que se le puede llamar así a una carrera de tan bajo nivel; no me malentiendan, creo que el estudio de la comunicación humana es importante, sin embargo la calidad de la enseñanza en éste rubro es definitivamente deprimente. En cuanto al trabajo, estaba harto de dar soporte por teléfono a personas que apenas sabían como encender una computadora, en la empresa cada vez nos quitaban más privilegios de los que habíamos tenido al principio y nos exigían más. Lo que inicialmente fue una agradable fuente de ingreso se convirtió poco a poco en una pesadilla de rutina. Lo único que me impulsaba a seguir ahí eran las ganas estúpidas que tenía de hacer todos los sueños de mi amada realidad.
El dinero nunca ha sido importante para mi, el dinero es básicamente un medio sin ningún fin, es por ello que nunca me ha pesado gastarlo en las personas a mi alrededor o en momentos que se quedarán en mi memoria, así que básicamente la totalidad de mi sueldo era para el goce de ella, yo por esto, era feliz.
Llegué a mi límite un día de platicas motivacionales, simplemente dejé de ir, días después, 10 para ser exactos decidí volver a presentar mi renuncia formal y recoger mi liquidación, me sentía liberado.
Esos diez días fueron de los más felices en mi vida, me quedaba con ella hasta tarde en el campus, hablábamos de todo y de nada, compartíamos silencio, nos recostábamos a ver pasar el tiempo frente a nosotros y en éste momento fui feliz, en éste momento ella era mi mundo y yo no necesitaba ningún otro.
Dejé una carrera tediosa que yo veía sin futuro y comencé a buscar trabajo en áreas de tecnología, no tuve gran éxito, realicé un viaje y al volver me vi trabajando de nuevo en la miserable compañía que era autora de mis pesadillas, sin embargo en ésta ocasión fue diferente.
Por éstas fechas inauguraron un área nueva dentro de la empresa y la recomendé para un puesto, bajo pero con paga. Logró entrar y mis días se iluminaron por completo, pero no duró.
El problema de telemarketing es que la empresa te considera una especie de robot a su disposición, te mandan de esa manera, te dan días de descanso de esa manera y te pagan de esa manera. El telemarketing es básicamente un infierno laboral.
Estuve feliz un tiempo, sin embargo pronto cambiaron su horario y el mío, nuestros descansos dejaron de coincidir y empezamos a vernos menos para extrañarnos más. Poco a poco la maldita empresa comenzó a absorber su vida y yo únicamente podía observar, culparme a mi mismo y llorar de soledad.
Llegó así su servicio social, trabajaba tiempo completo en ambos lados y básicamente su vida se convirtió en trabajo, yo trabajaba en un solo lado y el resto del día lo dedicaba a extrañarla, escribir sobre ella y recordar aquellos preciosos días que no teníamos ninguna responsabilidad más allá de echarnos en el pasto a amarnos dentro de nuestro pequeño mundo.
Finalmente, terminamos, por lo menos parcialmente, yo renuncié para estar lejos de ella y busque otro empleo igual de miserable en otra empresa que se dedicaba a lo mismo. Ella se buscó otra persona que le hiciera compañía, no le costó ningún trabajo, después de todo, era ella.
Seguimos hablando esporádicamente sin nunca separarnos por completo, sentíamos lo mismo que sentíamos el primer día que nos dijimos "te amo" y nos extrañábamos con locura, sin embargo cuando las cosas marchaban mejor, me confesó que había tenido sexo con otra persona. Esa fue la primera vez que realmente me rompió el corazón.
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Fin del capítulo 6