Erase una vez un caballero
de armadura obscura y cabello negro.
Era un caballero invencible porque había devorado sus sentimientos
por ello su piel era de roca y su corazón de hielo.
El caballero mató mil dragones y conquistó dos mil reinos
nadie nunca se acercó a siquiera tocar su cuerpo.
Y este caballero poseía la voluntad de acero
con su mente de pedernal y sus ojos de fuego.
Sin embargo el caballero era curioso de una leyenda local
que decía que él nunca sería capaz de amar.
El caballero muy orgulloso de mente
dijo, "encontraré ese amor aunque me tome para siempre".
Y el caballero lucho siglos y siglos de frente
contra ejércitos de bárbaros y las sombras de su muerte.
Finalmente el caballero se rindió
perdió el deseo de luchar y ese día envejeció.
Y fue un ángel con suerte
el que finalmente lo hirió de muerte.
Con una flecha invencible
atravesó su corazón inservible.
Y al ver la sangre manar
sintió que la vida lo comenzaba a abandonar.
Se acercó aquel ángel asesino
a comprobar su tino
y encontró al caballero con sus ojos de fuego
sonriendo atentamente a ese ser tan bello.
El ángel arrepentido entendió al noble caballero
y entre sus manos tomó su cabello negro.
El ángel le dijo "perdón, no conocía tu objetivo"
el caballero la miro y dijo "no te preocupes que tú lo has cumplido"
Y la piel del caballero se hizo de carne
y su pecho ahora era una luz radiante.
El caballero tomó su espada y con una mirada
la transformó en una flor para su recién encontrada amada.
El ángel tomó la flor y prometió llevarla con ella al cielo
y ahí murió el caballero, apoyado sonriente sobre su seno.
En su epitafio se lee "aquí yace el caballero de carbón
que murió feliz el día que encontró el amor".
Y todos los días, o eso dice la gente
nace una flor roja en su tumba durmiente
la flor se eleva y se deprende cual viviente
y al cielo sube muy lentamente
porque hay un ángel que es su destino realmente.
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