domingo, 25 de diciembre de 2011

La carne

Y entre las uñas sentí la sangre
que manaba de su carne.

El palpitar de sus venas
mientras arrancaba de su cuerpo mi cena.
 
Le saqué los ojos y corté su lengua
disfruté con mi cuchillo separar sus piernas.

Las costillas crujieron cuando las trocé con las tenazas
me aseguré de dejar las visceras intactas.

Y así, se desangró lentamente
mientras en mi cabeza, me reía frenéticamente.

Un carnicero a una vaca.

viernes, 16 de diciembre de 2011

La Sirena

En uno de mis muchos viajes por el mundo, en cierta particular ocasión conocí a una sirena.

No recuerdo muy bien la situación particular de nuestro encuentro, solo recuerdo que la conocí en un ambiente salvaje. Puede que haya sido a la orilla de un río de gente, o enmedio de una jungla de asfalto, tal vez inclusive a la orilla de un acantilado de concreto.

Recuerdo que me pareció curiosa la primera vez que la vi, observaba las cosas a su alrededor como si tratara de capturar cada detalle ínfimo en su derredor.

Me acerqué a éste ser tan embriagadoramente encantador, que parecía poseer la inocencia de una mariposa que acaba de salir de su crisálida y al mismo tiempo peligrosa como la mantis dispuesta a cazar a su presa. "Hola" esa fue mi primer palabra, hoy día supongo que podría haber pensado algo diferente y especial, sin embargo nada une a dos seres como un simple hola.

Volteó a verme con recelo al principio, me miró atentamente, casi por un segundo creí que estaba tratando de "contar" los pedazos de viento que volaban a mi alrededor, finalmente tras una detenida auscultación, me devolvió el saludo, "hola" me dijo, posteriormente se volteó y resumió su eterno mirar del mundo.

La curiosidad se apodero de mi repentinamente y no pude sino preguntarle, "¿qué haces?", "busco" me contestó sin voltear.

Entonces comencé a buscar con ella. No tenía la menor idea de lo que estábamos buscando pero estaba seguro que dos personas buscando la misma cosa deberían encontrarla más rápido, aún cuando una de ellas no supiera qué debía encontrar.

Pareció divertirle mi actitud porque tras unos cuantos minutos de buscar lo inencontrable se volvió hacia a mi y me hizo exactamente la misma pregunta "¿qué haces?" a lo que yo respondí, "busco". "Bueno, pero ¿qué buscas?". "No sé, no me has dicho".

Soltó una carcajada y se le iluminó el rostro por un segundo, pude ver ese dejo infantil que me llamó la atención al principio, se acercó a mi y me dijo, "lo que yo busco no es algo que alguien más pueda encontrar". La miré intrigado completamente por su declaración y finalmente me atreví a preguntarle "¿y qué buscas?".

"Verás, yo no soy de aquí, de hecho no soy ni siquiera de un lugar donde tengas tierra firme que pisar, soy una sirena y lo que había estado buscando hasta hace muy poco era mi voz que la había perdido cazando a un marinero, pero ya la he encontrado".

"Bueno, y si ya encontraste tu voz, ¿para qué sigues buscando?". "Aaaa, pues es que resulta que encontré mi voz, pero no recuerdo cómo usarla, creo que también he perdido el manual, sin embargo hay cosas tan lindas aquí que por momentos me olvido de buscar el manual y solo me dedico a guardar todas éstas imágenes para llevarlas conmigo cuando vuelva a casa".

"¿Solo el manual? Pero si eso es muy fácil de encontrar, no necesitas un manual para usar tu voz, solo úsala, todos esos recuerdos que has estado guardando durante este tiempo, cántalos, no pienses en tu voz como si fuera un instrumento, piénsalo como si fuera un canal para compartir al mundo todo aquello que te ha resultado fascinante."

Me sonrió una vez más y me dijo. "¿Sabes? Los humanos han resultado ser criaturas interesantes, creo que puedo postergar mi regreso a casa un tiempo más, mientras tanto, ¿me ayudas a seguir buscando?'".

"Claro, busquemos aquello que no necesitas encontrar y mientras tanto, cántame de aquello que no buscabas y encontraste".

For K,

jueves, 8 de diciembre de 2011

Poema a una madre falsa

Curioso, como la vida le dio un regalo
pero este regalo se convirtió en una maldición.

Curioso, como lo maravilloso se convierte en nada
como la turbulencia de la vida te deja sin gana.

Curioso, tener que combatir tu corazón
solo para poder restituir un poco la razón.

Curioso, que se marchó al mundo de fantasía
solo para poder ignorar su melancolía.

Curioso, que decidió quitar una vida sin existir
solo para no tener que sentir.

Curioso, que se arrebató su propia realidad
solo para vivir en un mundo sin verdad.

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