domingo, 25 de diciembre de 2011

La carne

Y entre las uñas sentí la sangre
que manaba de su carne.

El palpitar de sus venas
mientras arrancaba de su cuerpo mi cena.
 
Le saqué los ojos y corté su lengua
disfruté con mi cuchillo separar sus piernas.

Las costillas crujieron cuando las trocé con las tenazas
me aseguré de dejar las visceras intactas.

Y así, se desangró lentamente
mientras en mi cabeza, me reía frenéticamente.

Un carnicero a una vaca.

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